
Una vez conocido el interés de los productores por utilizar un Aston Martin, la marca británica se puso manos a la obra y diseñó este modelo DBS, que es un coche intermedio entre el DB9 y el prototipo de carreras DBR9. Los responsables de la compañía estaban seguros que el DBS iba a ser del agrado del superagente 007, y permitiría a Daniel Craig lucirse en su debut cinematográfico como agente secreto.
El primer agente que utilizó esta marca fue, en 1964, Sean Connery en la película Goldfinger y el Doctor No: utilizó un DB5, y la colaboración ha llegado hasta esta última entrega, a pesar de que la productora ha utilizado coches de otras marcas.
Los "extras", motorización y potencia de este bólido son "materia reservada", pero a pesar de todo se conocen algunos detalles y otros los vamos a tener que descubrir acudiendo a las salas de cine (algunos de nuevo)... que la película aún está en cartelera en muchos países.
El coche saldrá a la venta próximamente. Aunque el precio se mantiene "en secreto", os puedo asegurar que será algo elevado.
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